Siguen creyendo que el cortijo es suyo...

Foto: Cristina Martínez, concejal del ayuntamiento de Elche (diario de Elche)

Ayer era noticia el cese fulminante de la directora de atención primaria del área de Salud de Elche, Cristina Martínez, también concejala del Ayuntamiento de Elche por el PP. Y pocas horas después, también a lo largo del día de ayer y como consecuencia del cese de esta política, presentaban su dimisión cuatro coordinadores médicos de otros tantos centros de salud, cuatro responsables de enfermería, dos jefes de mostrador y un encargado del colectivo de trabajadoras sociales dependientes del Hospital General de Elche. Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia completa

Que esto se circunscriba al área de Elche no puede apartarnos del foco del tema. Porque a Cristina Martínez la cesan por haber manifestado su opinión públicamente en defensa de la salud pública. Decía la noticia del diario INFORMACIÓN "La destitución se ha producido después de que la hasta ahora responsable de Atención Primaria pusiera sobre la mesa la incompetencia de la cúpula directiva de la Conselleria de Sanidad para solucionar las listas de espera, la falta de especialistas, la desidia a la hora de mejorar la calidad asistencial o la pésima oferta hostelera del Hospital General, así como las diferencias en cuanto a atención que reciben los ciudadanos que son atendidos en el Hospital del Vinalopó, donde muchos de los enfermos son trasladados fuera de Elche o a centros privados en vez de ser remitidos al centro de referencia" .

Decía también esta digna gestora pública, en presencia de su alcaldesa -que no sabía para dónde mirar- algo verdaderamente demoledor, que al parecer, ha molestado mucho en su partido "Los políticos y los gestores tienen que esforzarse, sobre todo en momentos de crisis económica, y no dedicarse sólo a ahorrar, sino intentar mejorar la sanidad con los recursos existentes. Es más económico y barato gestionar bien: si un SAMU llega a tiempo las secuelas del paciente son menores, el tiempo de ingreso en el hospital es mejor y por lo tanto, los costes también se reducen. Pero sobre todo, eso redunda en beneficio del ciudadano».

A Manuel Llombart, conseller de Sanitat, parece que eso de que sus cargos intermedios se expresen públicamente no le mola nada. Son las formas con las que este partido lleva conduciéndose en la Comunidad Valenciana tras 19 años de mayorías absolutas y, pese a los esfuerzos de Fabra y algún otro, las maneras siguen siendo estas. La tropa que ha tenido como espejo a un sinvergüenza como Francisco Camps y a docenas de cargos imputados por corrupción, que han dejado el partido hecho unos zorros, pero que estaban acostumbrados a mandar (que no a gobernar) a golpe de mando y ordeno, han creído por un momento que aquí todo sigue igual y que no pasa nada.

Pero sí que pasa, y más que pasará. No conozco a Cristina Martínez pero la dignidad de su gesto automáticamente ha movilizado a otros coordinadores y cargos que se han solidarizado con élla y tanmbién han presentado su dimisión, motivada por un cese tan injusto como infame. Creo que hay que tirar de hemerotecas para buscar que funcionarios del área que sea se solidaricen con un político, por lo que la hazaña que han conseguido la edil ilicitana tiene doble mérito. Tan ahíta anda nuestra sociedad de gestos mínimamente dignos por parte de sus políticos, que al primero que alguien ha mostrado algo de humanidad, a pesar de tener que ser crítica con el funcionamiento de un área que depende del propio partido que la ha puesto, los resortes han saltado. No todo está perdido.

Algunos, los que llevan décadas viviendo a la sombra del cargo y dentro de la partitocracia, hablarán de la "falta de lealtad" al partido de la directora del área, de que no puede discreparse públicamente, de que los trapos sucios se lavan en casa. Pero lo cierto es que les ha hecho estallar una auténtica bomba de relojería y la consecuencia, si aún quedara algo de dignidad en esta comunidad, sería que esta cadena no parase hasta la dimisión o el cese fulminante del conseller pijoaparte LLompart. Si no cree en la Sanidad pública, que se vuelva a gestionar otros destinos. De lo contrario, vaya preparándose señor Fabra, en el año que queda de aquí a elecciones, la revolución va a ser cada semana en cada departamento, cada pueblo y cada lugar donde se está gestionando mal y abandonando a sus concejales y cargos a su suerte. Tiempo al tiempo...