Ayer hubo pleno...

Ayer a las 23:07 terminaba un pleno que había comenzado a las 19 horas. A pesar de que en el orden del día había un punto con suficiente enjundia y trascendencia para dirimir un debate de una cierta duración, el resto del pleno, lo digo con total sinceridad, no daba para cuatro horas largas como duró.

Dicho lo anterior y efectuada mi prédica en el desierto, se discutió con no sé cuántos años de retraso, el pliego de condiciones para la recogida de resíduos sólidos urbanos, lo que llanamente se entiende como la recogida de la basura. No pude evitar referirme en mi turno de intervención a los lamentables antecedentes de este asunto que, cuando comenzó la legislatura, fue la primera patata caliente con la que se encontraron los que ahora gobiernan y entonces solamente acompañaban al Migue y su colegui. Un pliego de condiciones en la que conjuntamente se pretendía adjudicar la recogida de la basura y la limpieza viaria, nada menos que por 25 años y por unos 40 millones de euros. Total nada, una bagatela.

El pelotazo llegaba cocinado y la parejita que ahora andan fuera del ayuntamiento de Ibi por suerte, pensaban que sería coser y cantar, especialmente contanto con un secretario de la corporación que tuvo la osadía de votar a favor esa adjudicación, que luego la Junta superior de contratación de la consellería de economía literalmente trituró de principio a fin. Pero para poder adjudicar aquella contrata, por la cuantía y por ser plurianual, se necesitaban once votos. Y en aquello, todo hay que decirlo, Juan Valls sí estuvo con los diez concejales de la oposición y no tragó. Que hayan tenido que transcurrir casi tres años para volver a traer el contrato de la basura, ahora sí, por separado de la limpieza viaria, por diez años y por un importe bastante más razonable, podría justificarse por todo lo que ha sucedido por el camino. En honor a la verdad, hasta que Mayte Parra fue dimitida por sus compañeros allá por el mes de noviembre, estas cosas no podían sacarse adelante.

Pero ahora que se han sacado, el único reproche que le hacemos al equipo de gobierno, es que nos las presentan para que las votemos, sin debate, sin posibilidad de discusión previa y sin poder hacer aportaciones. Se saca un pliego de condiciones que ha preparado una empresa externa a la que le hemos pagado unos 30.000 euros y que, con el debido respeto, para este viaje no hacían falta alforjas. Entiendo que quieran eliminar suspicacias, entiendo que no se fíen de algunos técnicos de "la casa" por los antecedentes de este asunto, pero como ayer les decía, si al final sólo nos buscan para votar, la democracia se convierte en un mero formalismo. En esta contrata, relativamente sencilla, podíamos haber aportado cosas. Y he de decir, por mucho que se afanase la concejala de contratación Mª Amparo Pina en defender el informe externo y el pliego, que tiene algunas lagunas importantes.

Sabían y conocían que los tres grupos de la oposición éramos, entre otras cosas, partidarios de valorar y aplicar en nuestra población, la instalación de contenedores sustituyendo el sistema de recogida "puerta a puerta", prácticamente suprimido en toda España. Había mucho que hablar de contenedores soterrados y de las diferentes alternativas para, de una vez por todas, tener la basura recogida en los contenedores de los extrarradios como corresponde y no a salto de mata. Pero prefirieron la fórmula de los hechos consumados. Esta contrata podría haber salido por unanimidad y sólo ha salido con los votos del PP y de Juan Valls y la abstención del resto. Está claro que la opción que tomaron de apoyarse en un único concejal para el resto de la legislatura, en lugar de negociar, hablar y discutir con el resto de grupos les resulta más cómoda. Pero ya les digo yo que ni es la más democrática ni tampoco la más inteligente, especialmente por lo que pueda venir la próxima legislatura, donde las mayorías absolutas son un horizonte harto utópico. Ahora esperemos que al menos sea quien sea la empresa que se adjudique la contrata de la basura, se cumpla lo que ponen en el papel y se exija desde el minuto uno.