Últimamente, con tanto canal temático, hay alguna televisión que se está hinchando a reponer películas de la época de la transición, donde la pareja de Andrés Pajares y Fernando Esteso emularon el fenónemo que supuso el landismo en el tardofranquismo. Eran igual de malas, pero con despelote incluído. No obstante, si nos ponemos en plan friki y casposo, hubo algunas que protagonizaron - dentro de la cutrez general - momentos verdaderamente desternillantes como "Los bingueros", Yo hice a Roque III, y alguna otra. De todas aquellas hubo una que creo se llamó, los CARADUROS.
Hecha esta breve introducción cutre-cinematográfica para ponernos en contexto, visto lo que pasa treinta años después en el gobierno valenciano, lo de los Caraduros se queda corto al lado de la ralea que ha ocupado diferentes cargos en el gobierno valenciano en los últimos años y, especialmente, tras las noticias que hemos tenido ocasión de conocer en las últimas dos semanas.Empecemos por el tercer intento frustrado de moción de censura en Orihuela, donde el presidente Fabra para mí ha perdido la escasa "HONORABILIDAD" de la que presuntamente debería de estar investido su cargo. No por el hecho de plantearse una moción de censura, algo perfectamente legítimo y previsto en la ley cuando sea necesario, sino por intentarla con cinco imputados que la firman y no ponerse ni colorado. La sombra de una adjudicación multimillonaria de basura y limpieza una vez más planea en el horizonte, pero parece que para algunos todo sigue valiendo. ¿Dónde queda aquella frase de "no queremos imputados en las listas", o es que hay excepciones si hay contrataciones millonarias de por medio?
Luego, a principios de esta semana, nos desayunamos con una noticia tan vergonzosa como esperpéntica, la de que nada menos el presidente de las Cortes, el ultraconservador Juan Cotino, dice que renuncia a un complemento de "exclusividad" de su cargo, de unos 360 euros al mes, para poder dedicarse a una empresa de explotación y cultivo de caqui. Que no, que no, que no es coña. Es decir, el cargo mejor pagado de la macroestructura de consellería, donde por lo que se ve sobran tantos caraduras como vividores e imputados, que percibe unos emolumentos de más de 6.000 euros al mes, si renuncia a 360 euros, ya no tiene obligación de dedicarse "en exclusiva". Y eso lo dicen igual que antes lo de Fabra, sin ponerse colorados. Pero además, la excusa es que nadie le pueda echar en cara que dedica parte de su tiempo, a una actividad presuntamente lucrativa como la explotación y cultivo de plantaciones de caquis. Ché tú, ni en Venezuela nos superan a república bananera.
Por último, la más bestia de las tres, el resumen del interrogatorio de más de cuatro horas a que ayer sometió el fiscal al imputado y presunto delincuente, el ex-conceller Rafael Blasco, que poco más o menos vino a decir, que él no tenía obligación de supervisar las subvenciones y proyectos que gestionaban los técnicos de su departamento, que prácticamente no sabe ni enviar un correo electrónico y que a "mí, que me registren". Un tipo que lleva viviendo del cargo público y ocupando responsabilidades de gobierno desde la transición, que lo ha hecho con el PSOE en una primera etapa y luego con el PP. Que ha ocupado hasta siete consellerías diferentes, quiere convencer a jueces y fiscales de que no sabe hacer la "o" con un canuto. Además de sinvergüenza y presunto trincón, caradura. Pues eso, los caraduros.
Cruz Roja y la concejalía de Medio Ambiente acuerdan emprender acciones
conjuntas para la conservación del entorno
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La concejala de Medio Ambiente, Blanca Navarro, y Cruz Roja han acordado
colaborar en diferentes acciones destinadas a conservar el entorno natural
del m...
Bon día sr Nicolas
ResponderEliminarLa veritat és que cada vegada en quant als polítics cal ensenyar-los el que significa les coses i en este cas jo crec que als senyors polítics cal recordar-los que hi ha una una paraula, que el diccionari de la RAE arreplega el seu significat al complet que s' anomena dimissió