
A lo largo de toda la semana pasada, la asociación de familiares de enfermos de Alzheimer de Ibi, ha llevado a cabo diferentes actividades para difundir y explicar su labor y recaudar fondos que contribuyan a paliar en parte su ajustada economía.
La asociación ha realizado charlas, mesas explicativas, un rastrillo, una obra de teatro y la tradicional comida del domingo a medio día en el zoco de los Contrabandistas, entre otras actividades. La tarea que la actual junta directiva, al igual que las que le han precedido, sus socios, los familiares de los enfermos y los profesionales que prestan sus servicios en la misma, nunca será suficientemente bien valorada. Máxime, cuando el alzheimer y enfermedades similares cada vez afectan a más familias y suponen que, desde el día que diagnostican la misma a un familiar, la dedicación plena que requiere cuidados para el enfermo y atención para el propio cuidador y su entorno que verá cambiada su vida por completo.
Asumimos como normal que a través de diferentes asociaciones, se desempeñen tareas para prestar un SERVICIO BÁSICO pero lo cierto es que, en un país que dice estar entre las diez primeras economías del mundo y que tiene un sistema SOCIAL y democrático de derecho, los servicios que con tanta voluntad como acierto presta la asociación, deberían de ser asumidos en gran medida desde lo público, cumpliendo las asociaciones una misión de refuerzo y apoyo, de preparación a los familiares y de asistencia de todo tipo. En Ibi, con muchísimo esfuerzo, con ayudas de diferentes entidades financieras, subvenciones, cuotas de socios, donativos y con las campañas que periódicamente se organizan, la asociación suple dignísimamente esta carencia , pero aún es mucha la gente que está en lista de espera y mucho lo que hay que mejorar desde lo público para con este colectivo que presta un servicio básico. Hoy no quiero mostrarme reivindicativo ni crítico por todo lo que queda por hacer. Simplemente quiero reconocerles su trabajo, con quienes necesitan tanta ayuda, porque aunque tanto nos dieron no pueden recordarlo. Mi felicitación por todas las actividades realizadas esta semana y las que hacéis durante todo el año.
Y como dice Paolo Coelho, Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree. Gracias por hablarnos con ese lenguaje.