Esta mañana me desayuno con la noticia que publica el diario INFORMACIÓN con este titular "Una juez imputa a Peñalver por una denuncia de Agüera por el pago de 2 facturas". Pinchando AQUÍ podéis acceder a la noticia completa.
Leyendo luego el contenido de la noticia, al parecer, quien denunció a su excompañera ha sido Miguel Ángel Agüera. Esto tiene pinta de ser lo que se llama, denuncia defensiva, dentro de la estrategia que siempre han seguido el Migue y su colegui. Nuncca se han empeñado en demostrar que sus actitudes y comportamientos eran honorables o en preocuparse en demostrar que sus actuaciones se han conducido por las sendas de la legalidad. Más bien, lo que siempre han hecho ha sido intentar demostrar que el resto eran tan poco honorables o tan presuntos delincuentes como ellos. Aquí el último capítulo.
A Felicidad Peñalver, la que ficharon en su día por ser una gran profesional y precisamente en base a esos mismos argumentos, le dieron las delegaciones de hacienda, contratación y régimen administrativo, sería responsable, como concejal de hacienda, de haber ordenado 2 pagos por sendas facturas a la mercantil TOPLABI. Los importes, según dice la noticia, eran de 7.103 y 16.704 euros y hacían referencia a los mismos trabajos y habían sido ejecutados por la firma Toplabi, de la que es abogada. En el primer comentario a esta entrada, la propia Felicidad Peñalver aclara y puntualiza 2 cuestiones: que las facturas no son de la mercantil TOPLABI, y que por hechos similares le han presentado tres denuncias y las tres se han archivado. Si con lo anterior Felicidad Peñalver ha cometido algún delito, como cualquier hijo de vecino deberá responder y pagar por ello. En varios meses o años lo veremos.
Pero mientras tanto, hay que puntualizar 2 cuestiones. Una respecto de la anterior conducta. Las obras respecto a las que, como concejal de hacienda, autorizó el pago, las había encargado la concejal Ana Sarabia. Estas obras, conforme se ve por la cuantía, no superaban el importe requerido para ser sacadas a concurso ni nada por el estilo. La duda está, por tanto, en si Felicidad Peñalver como letrada de la empresa Toplabi, podía autorizar pagos a esa empresa, aunque fuera por obras que ella no había encargado. Por eso ser concejal en tu pueblo te exige ser MÁS ESCRUPULOSO que nadie, si no quiere que en cualquier momento te afeen la conducta. Esa misma duda se le puede plantear a los concejales de hacienda que vayan ocupando el cargo en Ibi, incluida a quien actualmente ocupa el cargo. Por eso es necesario que previamente se observen los principios de pública concurrencia, de que la obra sea contratada al mejor postor y contrastando varias ofertas, y de que los técnicos cumplan escrupulosamente con su trabajo.
Pero la segunda cuestión que se plantea, y es la trampa en la que cae el propio Agüera al presentar esta denuncia, es que si se planteó denunciar a Felicidad Peñalver por esta cuestión, es que tiene muy claro que un concejal que pueda tener (aunque sea de refilón) intereses directos, difusos o indirectos en una determinada obra, encargo o compra desde el ayuntamiento, NO PUEDE AUTORIZAR, NI FIRMAR, NI CONTRATAR. Si ha denunciado esto, el paso siguiente habrá sido denunciarse a sí mismo, puesto que en sus diez años en el cargo, autorizó CIENTOS DE FACTURAS, muchas de ellas, a FAMILIARES DIRECTOS O A COMPAÑEROS DE PARTIDO. Facturas cuyos importes sumaban cientos de miles de euros y por las que ni se planteó convocar el preceptivo concurso público. Facturas que, como se verá, en muchos casos no se corresponden con obras realmente realizadas ni con materiales realmente adquiridos por el ayuntamiento. En todos y cada uno de esos casos, tanto él, como quien presidía la corporación, no debieron ni autorizar, ni comprar ni adquirir esas compras o servicios. Él, como ahora se ve, lo tenía bien claro, y esta denuncia que ahora presenta, se incorporará a la causa que se sigue contra él. Es lo que tienen los mentirosos y caraduras, que no se cortan un pelo.
